Julio Vasquez.

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lunes, 25 de julio de 2016

Centro Parroquial Domingo Savio Fe y Alegría: En Los Guandules “sí se puede”

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El Centro Parroquial Domingo Savio Fe y Alegría, desde sus inicios en la década del 70, ha sido el principal instrumento para decirle al país que en sectores marginados, como es el caso del barrio Los Guandules, en el Distrito Nacional, no todo está perdido, que a pesar de los prejuicios constituye un referente de que “sí se puede”.
En el centro, cual paradigma, las directoras de los tres niveles del plantel educativo, nacidas y criadas en la barriada, como alumnas aventajadas hoy son ejemplos de superación que ayudan a cambiar la imagen de su sector.
Son tres mujeres que a muy temprana edad aceptaron el reto…, si el reto de superarse, aunque esto se haya convertido en las más grandes proezas de sus vidas, pues como lo narran, en sus tiempos de estudiantes de secundaria había que desplazarse a distancia en busca del pan de la enseñanza, sin embargo aseguran que el esfuerzo valió la pena.   
Las licenciadas Daysi Rodríguez, Nereyda Ayala Tolentino (Nena) y Graciela Hernández (Noelia), directoras del Liceo Técnico; de la tanda nocturna y de la escuela  básica en sus dos horarios, respectivamente, coinciden en que cambiar la imagen del barrio es su mayor satisfacción.
“La escuela comenzó a nivel primario de las manos de las Hermanas Vedruna, llegando hasta sexto grado, fue mi escuela primaria, aquí yo estudié; luego se llevó hasta séptimo y octavo y a partir del 2005 inicia el nivel medio, con grandes aportes y cambiando la vida a miles de jóvenes”, cuenta Daysi.
Explica al no impartirse educación media en el barrio muchos optaban por dejar los estudios, pero que con la llegada del Liceo-Politécnico hoy la realidad es otra, miles de bachilleres se forman en las universidades y otros salen preparados del centro y se insertan al campo laboral.
Dice que el Grupo Corripio facilita cada año a los estudiantes del liceo realizar pasantías en sus empresas, quienes demuestran aptitudes para el trabajo por el adiestramiento técnico que reciben. Aunque lamenta que muchas entidades no creen que en Los Guandules también hay muchachos con valores que merecen una oportunidad.
“Para nosotras constituye una gran satisfacción la cantidad de estudiantes de nuestros barrios que hoy cursan estudios superiores y tienen buenos trabajos gracias a la educación que aquí se le brindó, mostrando así que en Los Guandules, La Ciénaga, en el 27 de Febrero, Gualey, Guachupita, no todo es drogas, o delincuencia, no todo está perdido, aquí sí se puede”, expresa Daisy.
Indica que el liceo-politécnico que funciona bajo la modalidad de tanda extendida brinda  capacita a los estudiantes en Contabilidad y Finanzas, Electricidad y Mantenimiento Eléctrico e Informática, pero que pero por falta de aulas no han podido incursionar en otras áreas del saber.
Puntualiza de aulas constituye su principal preocupación, que en el barrio hay aproximadamente 6 mil estudiantes mientras el liceo alberga una matrícula de 460 alumnos, en tanto que el nivel básico tiene más 1,800 niños, dejando sin la posibilidad de estudiar a casi la mitad del estudiantado de la zona.
La estructura que data de los años setenta se conserva en muy buenas condiciones y para el año lectivo que se inicia en el mes de agosto estará  estrenando un nuevo comedor, además de una cancha de baloncesto y voleibol para los chicos del nivel medio que funciona como tanda extendida.
Señala que uno de sus grandes anhelos es que también la escuela básica pueda ser incluida en la jornada extendida, y así además del pan de la enseñanza supliría comida a los alumnos, debido a la precariedad de muchas de las familias, que a veces ni siquiera pueden darle desayuno antes de mandarlos  a estudiar y cuando llegan a sus casas no cuentan con el almuerzo necesario.
Deisy Rodríguez
Dama salida de las entrañas del barrio Los Guandules, madre de una joven de 22 años de edad, que termina la carrera de Arquitectura, “Mi hija es mi gran inspiración y yo de ella, porque le he demostrado que estar en el barrio no es una limitación para uno lograr sus sueños”.
Licenciada en Trabajo Social, con una habilitación docente, acaba de realizar una maestría en Planificación y Gestión de la Educación, con miras a seguir preparándose porque como bien apunta “El conocimiento siempre hay que mantenerlo renovado”.
Exhorta a la juventud “a no desmayar en conseguir su sueño, en la vida habrá muchos obstáculos, muchas limitaciones económicas y de otras índoles, pero que nunca  se debe perder la esperanza, que hay que creer en uno mismo, en que sí se puede”.
Falta de energía eléctrica
Para Nereyda Ayala Tolentino (Nena), directora del liceo en la tanda nocturna y quien tiene la responsabilidad de lidiar cada día con cientos de adultos que independientemente de sus edades, preocupaciones, presiones y ansiedades entienden que “para aprender nunca es tarde”, lo que supone un reto por las particularidades del alumnado al que tiene que enfrentarse.
“Nuestros dos grandes problemas son la falta de energía eléctrica y la inseguridad que esto genera debido a la escasa presencia de agentes del orden público en la zona, lo que se traduce en potenciales peligros, tanto para los estudiantes como para el cuerpo docente que aquí labora”, explica.
En Los Guandules la energía eléctrica brilla por su ausencia noche tras noche lo que aumenta los niveles de riesgos, a lo que se agrega la contaminación que generan los gases tóxicos producidos por una planta de emergencia que se usa do forma permanente para suplir la luz a la instalación educativa.
“Una vieja planta eléctrica ha sido nuestro soporte, pero como es de todos sabido, el humo y la contaminación que emite nos está causando serio trastornos de salud”, asegura Nereyda.
Indica que la población estudiantil sigue llegando con mucho interés, tanto así que las inscripciones lucen agotadas porque las 13 aulas habilitadas para la tanda nocturna.
Un dato interesante que cuenta Nereyda es que miles de adultos que fueron alfabetizados en el Programa Quisqueya Aprende Contigo, auspiciado por el gobierno se ha convertido en una cantera de gente con deseo de llegar más lejos, educacionalmente hablando.
“Cuando vemos esa persona de 30, 35, 40, 50 y más años de edad, que viene a estudiar después de haber agotado un día de trabajo y tiene el deseo de estudiar, a esa hora de la noche y uno ve el esfuerzo que hacen, cuando logran terminar y dicen ya yo pasé el octavo, voy a primero eso nos llena de orgullo y alegría al ver que lo lograron”, argumenta.
Nereyda Ayala Tolentino
Es licenciada en Educación Básica, miembro de la actual directiva de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), fue candidata a regidora del Distrito Nacional, entre otros aspectos importantes de su vida.
Considera que “Los Guandules no es como lo pintan, es un lugar de gente con amplia vocación de servicio, por eso recomiendo que se acerquen más a la escuela, que visiten las iglesias y las organizaciones que hacen vida común aquí para que se empapen, colaboren y puedan ser partícipes de que aquí si se puede”.
Falta de aulas
En tanto que Graciela Hernández (Noelia), con 13 años al frente de la dirección de la escuela básica en sus dos horarios, mañana y tarde es la responsable de la mayor población estudiantil del plantel escolar, asegura que la falta de aulas es la mayor debilidad que nefrentan.
Y como narra “Una escuela no es grande ni fuerte solo porque tiene una infraestructura sólida, si no por la gente que tiene, esto lo aprendimos hace mucho tiempo con las monjas, que la persona es lo más importante, lo que indica que el trato personalizado es un gran esfuerzo por la amplia matrícula  de estudiantes a nuestro cargo”.
Expresa que a pesar de que la plata física es bastante amplia, la escuela hoy no da a basto para la población estudiantil de la zona, obligando a demandar más espacio, más aulas y por vía de consecuencia más personal docente y administrativa, siendo esto su principal escollo.
“A nivel general puedo asegurar que para el próximo año escolar vamos a tener un déficit de unos 15 maestros para completar todas las áreas; actualmente contamos con una nómina de 52 profesores y más de 30 conserjes, entre otro personal administrativo”, detalla.
Manifiesta que la entidad ha contribuido a cambiar la percepción que se tenía del barrio Los Guandules de la siguiente manera: Ocho años atrás yo tenía muchos padres analfabetos, ya de esa población tan grande usted encuentra algunos abuelitos en tal situación; gran parte de aquellos niños que hoy son padres son egresados de esta escuela, muchos están en las universidades, así hemos colaborado con la comunidad.
GRACIELA HERNÁNDEZ (NOELIA)
Es oriunda de Monte Plata, la única de las tres encargadas del centro que no es nativa del barrio, llegó a los cinco años de edad y desde entonces no ha salido, desde 1993 es parte importante del funcionamiento de esta escuela.
Graduada en Educación con una especialidad en Planificación y Gestión Educativa, está terminando dos maestrías: una en Gestión y Liderazgo Educativo y la otra en Docencia y Gestión Universitaria, ambas en proceso de tesis.
“La educación forma, porque en la medida en que tu incides en la formación de los demás tú te sigues formando como individuo. La educación es tan poderosa que hasta el problema que tu tengas con educación tiene mayor capacidad de enfrentarlo”, precisa Noelia, al tiempo que recomienda a los jóvenes a seguir su educación y siempre tener presentes que “sí se puede”.
POR ORLANDO ARIAS