Julio Vasquez.

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miércoles, 14 de marzo de 2012

La mujer en la vida universitaria dominicana

Lily Rodríguez de Eloy


Al hablar de una evolución en la matrícula estudiantil, es necesario detenerse en un aspecto que, en países como República Dominicana, no se pueden dejar pasar por alto: la participación femenina en la educación universitaria. De la misma forma como “se observa un proceso ascendente tanto en la privatización y la urbanización de la educación superior es evidente la feminización en la educación superior”. El tema del acceso de la mujer a la universidad ha sido catalogado por organismos internacionales, por ejemplo la UNESCO, como un tema insoslayable en cualquier análisis macro educativo de un país, pues se considera que a pesar del tímido ascenso experimentado a nivel promedio, la compensación en cuanto género no ha alcanzado aún el equilibrio deseado: “En los últimos veinte años, se ha podido comprobar un aumento importante -aunque no suficiente- de la matriculación de mujeres en la educación superior”.

Respecto a las cifras, por ejemplo, del curso 1953-1954 donde se registraron 3 030 alumnos, 714 eran mujeres; esto es, un poco más de la cuarta parte. Para el año 2004, el panorama es otro, como se puede ver en el siguiente cuadro:

Como se habrá observado, existe una fuerte tendencia a la feminización de la matrícula estudiantil en las IES dominicanas (61.3%) y una significativa presencia en el caso de los profesores (41.4) y del personal de apoyo administrativo (46.7%), lo cual es más pronunciado aún en el caso de la educación superior estatal. Por otro lado, de los 5 566 egresados del sistema superior, según datos del 2002, 3 940 son mujeres; esto es, más del 70% son de sexo femenino, todo un hito en el país. Siguiendo esta tendencia hacia la feminización del sistema superior, también se puede ver este fenómeno en los estudios de post grado, como queda expresado en el siguiente cuadro (año 2004). Todo ello, se convierte en un objeto de estudio para la investigación y el planeamiento educativo nacional.

Aunque las IES han tenido un proceso de avance respecto a la feminización sobre todo en lo que se refiere a la matrícula estudiantil, la presencia de mujeres en estas instancias, no siempre es sinónimo de equidad de género, ya que, al interior del sistema existen grandes desigualdades, y es que escalar en posiciones directivas o gerenciales les resulta complejo. Sin embargo, es interesante visualizar la manera en que las mujeres van avanzando las barreras de la segregación para algunas carreras que eran las tradicionales para ellas como son: “Administración de Oficina, Educación, Enfermería…” y en los últimos años han avanzado a carreras como Administración de Empresas, Turismo, Derecho, Contaduría Pública, Medicina, Farmacia, entre otras. Mientras que las carreras como Veterinaria y las ingenierías siguen siendo dominadas por los hombres.

La idea general que se quiere dejar sentada es que el progreso de la universidad no se puede dar si no se generan mejores condiciones para el desarrollo del capital humano que el país requiere y que el sector universitario está en el deber de proporcionar, para que junto a la sociedad delimiten las acciones que conduzcan a ofrecer soluciones a los problemas nacionales. La universidad, si se afirma como una entidad que esté realmente vinculada a la nación dominicana, debe empezar a trabajar en su primera y máxima meta: la formación del nuevo/a hombre y mujer dominicano.